Qué curiosa e interesante costumbre...esa necesidad que tenemos de atesorar los espacios habitados, las sensaciones, las felicidades, parece ser una inherencia irrenunciable...pero no sólo blancas ya...
un besaso amigaso
p.d: yo si no ingreso primero a mi cuenta no puedo comentar...eso sigue igual, no es tanto...
pero mejor está aquí, cada cajita con su puerta..otro beso
Interesante y curiosa costumbre, atesoramos tanto espacio felíz, tanta voz y co-razón que nos habita...no solo blancos hoy por hoy, pero igual de valiosos y amados
Gracias por la doble demostración de afecto, Bajamar. Sí, parece que hay que atesorarlo todo para que quede constancia. Objetos que den testimonio de que en un tiempo o en un lugar fuimos felices. Pero las bolas negras no valen lo mismo que las blancas, ¿eh?
Desconocía esa costumbre, a pesar de que (o quizás debido a que)tuve una formación de dos años en la carrera de estudios clásicos, misma que abandoné por literatura (todo por mi Pizarnik).
#Salón de Sol: Tienes razón, las piedras negras sirven para aprender. Bueno, entonces... aprendamos poquito... ¡Y gracias por los buenos deseos! Esta tarde me acercaré a la playa a recoger miles de piedras blancas.
#La Maga: Yo también desconocía la costumbre hasta la semana pasada... Voy a visitar a la Pizarnik, a ver su influjo.
Parece ser que las piedras grises las tiraban a la papelera directamente. Los días tenían que ser blancos o negros. Los anodinos, los ignoramos (no los empedramos).
Ahora no puedo leer tus textos publicados. Sólo el título.
Ignoro el porqué.
Un fotísimo abrazo.
Feliz Pascua de Resurrección.
caminante dijo...
6 de abril de 2007, 11:34
Solución de ida y vuelta: click sobre la imagen de la derecha.
Un abrazo
Persio dijo...
6 de abril de 2007, 11:54
Qué curiosa e interesante costumbre...esa necesidad que tenemos de atesorar los espacios habitados, las sensaciones, las felicidades, parece ser una inherencia irrenunciable...pero no sólo blancas ya...
un besaso amigaso
p.d: yo si no ingreso primero a mi cuenta no puedo comentar...eso sigue igual, no es tanto...
pero mejor está aquí, cada cajita con su puerta..otro beso
muacs! :)
bajamar dijo...
6 de abril de 2007, 20:28
Interesante y curiosa costumbre, atesoramos tanto espacio felíz, tanta voz y co-razón que nos habita...no solo blancos hoy por hoy, pero igual de valiosos y amados
un beso y un abrazo
gracias por tus palabras
bajamar dijo...
6 de abril de 2007, 23:46
Gracias por la doble demostración de afecto, Bajamar.
Sí, parece que hay que atesorarlo todo para que quede constancia. Objetos que den testimonio de que en un tiempo o en un lugar fuimos felices.
Pero las bolas negras no valen lo mismo que las blancas, ¿eh?
Abrazos
Persio dijo...
7 de abril de 2007, 9:21
Te deseo muchas piedras blancas, de las negras solo para aprender...
Bikos.
Anónimo dijo...
7 de abril de 2007, 10:32
Desconocía esa costumbre, a pesar de que (o quizás debido a que)tuve una formación de dos años en la carrera de estudios clásicos, misma que abandoné por literatura (todo por mi Pizarnik).
Un abrazo,
La MaGa
Laura dijo...
7 de abril de 2007, 20:43
#Salón de Sol: Tienes razón, las piedras negras sirven para aprender. Bueno, entonces... aprendamos poquito...
¡Y gracias por los buenos deseos! Esta tarde me acercaré a la playa a recoger miles de piedras blancas.
#La Maga: Yo también desconocía la costumbre hasta la semana pasada...
Voy a visitar a la Pizarnik, a ver su influjo.
Un abrazo
Anónimo dijo...
8 de abril de 2007, 6:11
también yo desconocía la costumbre.
Persio: ¿no había piedras grises?
Irina, dijo...
10 de abril de 2007, 19:16
Parece ser que las piedras grises las tiraban a la papelera directamente. Los días tenían que ser blancos o negros. Los anodinos, los ignoramos (no los empedramos).
Persio dijo...
14 de abril de 2007, 11:08